Animales son obligados a sufrir producto tras producto para que usted o yo podamos usar un champú con enjuague sin correr el riesgo de alguna reacción alérgica, pues ya una gran cantidad de animales las tuvieron en nuestro lugar

El sufrimiento animal y nuestra responsabilidad moral-. Las industrias modernas han sido hábiles en escondernos el modo en cuál fabrican sus productos: con qué los hacen, de qué manera, cómo los prueban. Y nosotros, los consumidores jugamos el mismo juego, dado que en el fondo preferimos no saber.
Preferimos ignorar la realidad de la producción industrial de alimentos, donde los animales son confinados en espacios reducidos y antihigiénicos. Sometidos a un estrés constante y a enfermedades derivadas de su entorno.
Te puede interesar: El poder del apoyo femenino
Para compensar estas condiciones deplorables, se les administran dosis masivas de antibióticos. Creando un ciclo vicioso que pone en riesgo tanto su salud como la nuestra.
Nos tapamos los ojos frente a los laboratorios de testeo de maquillaje, donde animales son obligados a sufrir producto tras producto. Para que podamos usar un champú con enjuague sin correr el riesgo de alguna reacción alérgica, pues ya una gran cantidad de animales las tuvieron en nuestro lugar.
Si reconocemos la dignidad inherente a la vida humana y la protegemos a través de los derechos humanos, ¿cómo podemos justificar la explotación y el sufrimiento infligido a los animales?
Si aceptamos que el dolor y el miedo son experiencias universales que merecen consideración moral, ¿por qué excluimos a los animales de nuestra compasión?
Leer más: 8M: Conmemoremos el ejemplo de la Ciudadanía Femenina
La lógica nos impulsa a extender los mismos principios de respeto y protección a todas las criaturas conscientes. Reconociendo que su capacidad para sufrir y sentir exige nuestra responsabilidad moral.
EO//Redacción: Jesús Rodríguez