Sin miedos en la alineación, con Neymar, Kylian Mbappé y Lionel Messi, que se jugaban su presencia en un Mundial en sólo noventa minutos, el París Saint-Germain saltó al terreno de juego con toda su artillería
El París Saint-Germain se despidió de la Ligue 1 hasta finales de diciembre con una cómoda goleada sobre el Auxerre (5-0), incapaz de plantar cara a un equipo que se llevó los tres puntos a medio gas y con una buena actuación de Carlos Soler, autor de un tanto y una asistencia.
Sin miedos en la alineación, con Neymar, Kylian Mbappé y Lionel Messi, que se jugaban su presencia en un Mundial en sólo noventa minutos, el París Saint-Germain saltó al terreno de juego con toda su artillería para intentar despedirse con buen sabor de boca hasta después de la Copa del Mundo.
El liderato ya lo tenía asegurado pasase lo que pasase. Sin embargo, tenía la opción de afrontar el parón con una renta nada desdeñable de cinco unidades sobre su perseguidor más inmediato, el Lens. Enfrente, tenía al débil Auxerre, que pelea por no perder la categoría y que antes del inicio del choque sólo estaba separado de los puestos de Ligue 2 por un par de puntos.
Ante un rival teóricamente menor, el PSG tenía la opción de jugar sin excesos físicos. Nuno Mendes, Achraf Hakimi, Carlos Soler, Danilo Pereira o los ya citados Mbappé, Neymar y Messi, tenían que cuidar sus piernas. Cualquier incidente, a una semana del partido inaugural de la Copa del Mundo, podría dejarles fuera.
Bajar las revoluciones funcionó. Sobre todo en la primera parte, en la que el París Saint-Germain apenas generó dos oportunidades con protagonismo para Messi en ambas. En la primera, a los diez minutos, se sacó de la chistera un pase magnífico a Nuno Mendes, que de primeras puso el balón en el corazón del área con destino a Mbappé. El internacional francés no falló y abrió el marcador.
La otra ocasión, pasada la media hora, no acabó tan bien. Messi estrelló contra el lateral de la red un disparo muy escorado. Tal vez habría sido una opción mejor buscar a un compañero, pero el argentino apostó por llevarse la gloria sin éxito.
Mientras, el Auxerre, salvo una ocasión muy clara de M’Baye Niang que salvó Gianluigi Donnarumma, no hizo nada más. Al París Saint-Germain le bastó con pisar el acelerador cuando quiso para marcharse a los vestuarios con ventaja. Ya tenía medio trabajo hecho.
Y, poco después de la reanudación, lo completó con un cabezazo de Soler que dio la tranquilidad definitiva al cuadro parisino hasta el final del duelo. El centrocampista español firmó su tercer tanto oficial del curso y sacó a relucir parte de su currículum apenas un par de días después de ser citado por Luis Enrique.
Su tanto disipó cualquier duda y sólo podían ocurrir dos cosas: o que el París Saint-Germain pisara el freno o, por el contrario, que intentará aumentar la diferencia para marcar más territorio. Apostó por lo segundo y Achraf Hakimi (con asistencia de Soler), Renato Sanches y Hugo Ekitike, se unieron a la fiesta. Messi, tras estrellar contra el larguero un zapatazo, se quedó con las ganas de marcharse a Qatar con otro gol en el bolsillo.
Al final, los hombres de Gaultier ganaron, nadie se lesionó, el París Saint-Germain es líder destacado y todos andan contentos por la entidad que preside Nasser Al-Khelaïfi, campeón de la Supercopa de Francia en julio, en octavos de la Liga de Campeones y primero de la Ligue con cinco puntos de ventaja sobre el Lens.
EO//Con información de Unión Radio
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