Eleva en los niños destrezas que no dependan de la tecnología y mejora su capacidad de creatividad sin su uso

El precio de estar siempre conectados La tecnología en menores de edad-. Estamos en la era en que la tecnología nos consume día a día, y los más pequeños se ven afectados por esta situación. Esto lleva a daños perjudiciales que el niño puede enfrentar si desde muy temprana edad está conectado a estos aparatos. Lo que comenzó como una herramienta para aprender, socializar o entretenerse ha terminado por convertirse, en muchos casos, en una adicción silenciosa con consecuencias profundas.
El exceso de tiempo frente a las pantallas afecta el bienestar físico, emocional y social de niños y adolescentes. Desde alteraciones del sueño y problemas de visión hasta cuadros de ansiedad provocados por la constante comparación en redes sociales. Además, el rendimiento académico se ve comprometido cuando la atención se dispersa entre notificaciones, videos y chats interminables.
Las causas que puede ocasionar el uso excesivo de teléfonos en los niños son los siguientes:
- Falta de regulación: Los padres pueden no establecer límites claros en el tiempo de uso o el tipo de contenido que acceden sus hijos.
- Fácil acceso: Los niños y adolescentes tienen acceso a teléfonos móviles a edades cada vez más tempranas, lo que aumenta la exposición.
- Presión social: La necesidad de estar conectado, responder mensajes y participar en redes sociales puede generar presión en los menores.
- Contenido inapropiado: El acceso a contenido violento, sexualmente explícito o que promueve conductas perjudiciales puede afectar negativamente a los menores.
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Si los niños tienen un uso excesivo a los móviles, podrían ocasionarles daños que pueden ser irreversibles:
Problemas de sueño: La luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, dificultando el sueño y causando insomnio, ansiedad y estrés.
Dificultades de aprendizaje: El uso excesivo de teléfonos móviles puede distraer a los niños, afectando su capacidad de atención y concentración en la escuela.
Problemas de visión: La exposición prolongada a pantallas puede causar fatiga visual, ojos secos, visión borrosa y aumentar el riesgo de miopía.
Aislamiento social: El uso excesivo de teléfonos móviles puede llevar a la reducción de interacciones sociales en persona, afectando las habilidades sociales y la empatía.
Problemas psicológicos: La exposición a contenido inapropiado, el ciberacoso y la comparación constante con otros en redes sociales pueden causar ansiedad, depresión, baja autoestima e incluso pensamientos suicidas.
Trastornos de conducta: El uso excesivo de teléfonos móviles puede estar asociado con problemas de atención, hiperactividad y dificultad para regular las emociones.
Riesgos físicos: La postura forzada al usar el teléfono puede causar dolor de cuello, espalda y problemas posturales (cuello de texto).
Exposición a riesgos en línea: Los menores pueden ser víctimas de ciberacoso, estafas, compras no autorizadas y exposición a contenido dañino o inapropiado.
Es fundamental que los padres o tutores establezcan límites claros en el uso de teléfonos móviles, a veces los adultos por tener más tiempo prefieren distraer a los niños dándoles el teléfono y así poder hacer sus labores, por una parte, se puede hacer siempre y cuando sea por periodos cortos y siempre supervisar la actividad en línea de los menores y fomentar otras actividades que promuevan el desarrollo físico, social y emocional de los niños.
Los padres deben de enseñar el uso del móvil con criterio. Establecer horarios, promover actividades sin dispositivos y predicar con el ejemplo son pasos fundamentales. El teléfono puede ser una ventana al mundo, sí, pero también una reja si no lo usamos con responsabilidad.
EO/// Redacción de: Heidi Campos