Su amor es una fuente inagotable que nutre nuestra autoestima y nos ofrece un refugio incondicional ante las tormentas de la vida
El pilar inquebrantable el amor de padres – Los padres son, en esencia, los pilares fundamentales de la vida. Su labor trasciende la simple provisión material; son los primeros maestros, los arquitectos de nuestros valores y los guías en la formación de nuestro carácter.
Lamentablemente, el curso de la vida moderna y, en ocasiones, el egoísmo que puede germinar en la autosuficiencia, nos enfrenta a una realidad dolorosa: la falta de valoración de estos cimientos. Es una tragedia humana observar cómo, una vez que los hijos alcanzan un nivel de independencia y sienten que ya no requieren del apoyo directo de sus progenitores, optan por la indiferencia o, peor aún, por el desecho emocional. Olvidan con facilidad a quienes estuvieron incondicionalmente presentes cuando más vulnerables eran.
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Esta ingratitud no es un acto inocuo. Ocasiona una herida profunda en el tejido familiar, generando depresión y un doloroso desprendimiento en la relación padre-hijo. Un padre o una madre que se siente no valorado después de una vida de entrega experimenta un vacío que el éxito de sus hijos no puede llenar.
A nivel social, estas acciones tienen repercusiones aún más amplias. El debilitamiento del lazo familiar primario crea un vacío que vulnera a la sociedad. Cuando se rompe este ciclo de amor y gratitud, se gestan individuos expuestos a una depresión profunda, carentes de la seguridad y el amor incondicional que solo ese vínculo puede proporcionar. La falta de raíz emocional lleva a una mayor desafección y soledad.
EO// Periodista: Nangelys Gamboa