Trino Márquez, consideró que la mujer encargada de realizar esta actividad fue movida por el «fanatismo religioso».

Desde el pasado 22 de agosto un grupo de 16 personas se internó en las montañas de La Grita en el estado Táchira, para presuntamente participar en un retiro espiritual, motivado a falsos rumores del fin del mundo.

La noticia comenzó a cobrar fuerza en las redes sociales, en vista de la falta de comunicación de estas personas que fueron encontradas este jueves en el sector denominado Páramo de La Negra, entre La Grita y límites con la población de Tovar en el estado Mérida.

El monseñor y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Jesús González de Zárate, cuestionó los señalamientos que surgieron en torno a esta noticia, porque afirmó que no se pueden juzgar las decisiones religiosas de los ciudadanos.

«La religión es un hecho humano muy profundo. Una cosa de la que debemos partir es la libertad religiosa, si esta persona descubre conforme a su creencia que deben hacer ciertas prácticas o cosas, no tenemos que juzgarlas hasta el criterio externo. El ámbito de lo religioso es algo muy grande y hay que estudiar las razones que esas personas pudieron haber tenido para poder hacer estas cosas que hicieron. Fácilmente pudiéramos juzgar cualquier opción religiosa como fanática; podríamos ver que incluso algunas prácticas dentro de la iglesia católica algunos pudieran decir que es fanatismo».

«El fin del mundo para uno puede ser la muerte súbita, repentina; pero la persona que está con Dios que ha actuado de acuerdo a su consciencia rectamente, no tendría que tenerle miedo a eso. Pero el cristiano sabe que eso es una espera constante y tiene que tener una vigilancia constante», dijo.

Desde la perspectiva humanista, el doctor en Ciencias Sociales, Trino Márquez, consideró que la mujer encargada de realizar esta actividad fue movida por el «fanatismo religioso», lo que es perjudicial para el ser humano.

«Este caso ha estremecido a la opinión pública, porque es un caso de fanatismo de esta señora (Rosa) que condujo a esta familias hacia las montañas. Es un fenómeno que tiene que ver con las características comunes del fanatismo. El fanático tiene certeras muy fuertes, está lleno de certidumbres, pierde toda capacidad crítica y está movido por verdades inamovibles. No tiene dudas acerca de sus creencias. En el fondo se sienten tan inseguros que se exponen a verdades inamovibles. Eso fue lo que ocurrió con la señora Rosa», expresó.