Es una mano amiga que siempre estará ahí sin pedir nada a cambio

El arte de ser un buen vecino – Todo empieza con algo tan simple como un saludo. Un ¡buenos días! con una sonrisa genuina, que le cambia el día a cualquiera. Es la primera jugada para crear una conexión efectiva, donde hay confianza y respeto mutuo. Es la persona que te echa la mano si vienes cargando con las bolsas del súper o que te sostiene la puerta para entrar al edificio.
Pero la cosa van más allá de ser amable. Un buen vecino es el primero en ofrecerse a regar las plantas cuando te vas de vacaciones; el que te cuida al perro un fin de semana o el que te recibe un paquete si no estás en casa. Y en los momentos difíciles, su apoyo es lo más valioso.
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Sin embargo, esta red de apoyo es lo que crea un ambiente súper seguro y relajado. Saber que tienes a alguien al lado que se preocupa por ti no solo te quita un peso de encima, sino que también te hace sentir parte de algo.
Asimismo, el buen vecino es el hilo invisible que nos une a todos. Su buena vibra y empatía nos recuerdan que, aunque seamos diferentes, estamos conectados.
Nos enseñan que la ayuda y el respeto no son cosas del pasado, sino lo más importante para construir un futuro más optimista para todos.
EO// Redacción: Victor Rojas