Es un llamado a llevar el espíritu de la Navidad, el espíritu de amor y bondad incondicional a cada uno de los doce meses del año que viene

Diciembre: Mes de amor y bondad-. Diciembre llega, no solo con el frío característico en muchas latitudes y la promesa de un nuevo ciclo, sino también con una atmósfera inconfundible que tiñe cada calle y cada hogar, diciembre es un mes donde el amor y la bondad parecen florecer con una intensidad especial.
Más allá de las luces intermitentes y el frenesí comercial, este período encierra una invitación a la reflexión y, sobre todo, a la acción compasiva.
La cultura popular ha asociado este mes con celebraciones que, en su núcleo, giran en torno al compartir, la familia y la esperanza. Sin embargo, la Navidad y las festividades de fin de año actúan como catalizadores que nos obligan a hacer una pausa en medio de la prisa del año que termina, el espíritu de diciembre nos recuerda la importancia de volver a lo esencial: la conexión humana.
Leer también: El desafío que enfrentan las tradiciones con las nuevas tecnologías
Podemos decir que es fácil caer en la trampa de medir el espíritu navideño por el tamaño de la pila de regalos, pero la verdadera magia de la bondad en diciembre reside en los pequeños actos que no tienen precio. Como por ejemplo un vecino que ayuda a decorar el arbolito, un plato extra de comida que se comparte con alguien que lo necesita, una llamada o un mensaje hacia un ser querido que se encuentra solo.
Estos gestos, cargados de empatía, son los verdaderos pilares del espíritu de la época. Nos recuerdan que el amor no siempre se expresa con grandes declaraciones, sino a menudo con atención y presencia.
Asimismo, esta época decembrina nos enseña que la felicidad más profunda proviene de la mano que se extiende, el abrazo que se ofrece y la palabra amable que se regala.
Es un llamado a llevar el espíritu de la Navidad, el espíritu de amor y bondad incondicional a cada uno de los doce meses del año que viene.
EO// Redacción: Victor Rojas
