Para Rod Rhys Jones, ingeniero y consultor británico vinculado al BAS, el hallazgo tiene un valor más allá de lo personal
Después de estar 65 años congelado hallan en la Antártida los restos de un explorador británico desaparecido en 1959

Después de estar 65 años congelado hallan en la Antártida los restos de un explorador británico desaparecido en 1959 – Durante 65 años, el cuerpo de un joven explorador británico descansó oculto bajo el hielo antártico. Hoy, su historia resurge del silencio blanco gracias al cambio climático y al esfuerzo incansable de científicos que aún trabajan en los rincones más remotos del planeta.

Dennis “Tink” Bell tenía apenas 25 años cuando desapareció en 1959, en medio de una misión científica en la Antártida. Fue parte del Falkland Islands Dependencies Survey, el organismo que sentó las bases para lo que hoy se conoce como el British Antarctic Survey (BAS). Su trabajo como meteorólogo consistía en lanzar globos para medir condiciones climáticas extremas y enviar informes por radio cada tres horas.

La base donde vivía, junto a otros 12 hombres, se encontraba en Bahía Almirantazgo, a unos 120 kilómetros de la costa norte de la península antártica. A pesar de las condiciones brutales, Dennis era conocido por su buen humor, su talento como cocinero y su compromiso con el equipo. También colaboró en los primeros intentos de cartografiar la zona.

Una mañana de invierno, poco antes de cumplir los 25, Dennis y su compañero Jeff Stokes salieron a explorar un glaciar acompañados por un grupo de perros husky. La nieve era tan profunda que los animales estaban exhaustos. Para motivarlos, Dennis se adelantó y nunca volvió.

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De repente, desapareció en una grieta. Jeff, desesperado, lo escuchó responder desde el fondo. Bajó una cuerda. Dennis la ató a su cinturón y los perros tiraron. Por un instante pareció que saldría, pero la cuerda se rompió, el borde cedió y volvió a caer. Esta vez, no hubo más respuestas.

El 29 de enero, un grupo de científicos polacos encontró restos humanos en la isla Rey Jorge, entre hielo derretido y fragmentos de roca. En total, se necesitaron cuatro expediciones para recuperar huesos y objetos personales: una lámpara de aceite, frascos de vidrio, utensilios militares.

Las pruebas genéticas no tardaron en confirmar lo increíble: era Dennis Bell. Su hermano David, hoy de 86 años, recibió la noticia que nunca creyó posible: “Ya había hecho las paces con la idea de no saber qué ocurrió. Es asombroso, todavía no lo puedo creer”, declaró a BBC News.

“Estos hombres ayudaron a construir el conocimiento que hoy tenemos sobre el continente más extremo del planeta. Recuperar sus historias es también recuperar nuestra memoria científica”, dijo.

La directora del British Antarctic Survey, Dame Jane Francis, también recordó su legado: “Dennis fue uno de los muchos valientes que contribuyeron a los primeros trabajos científicos y de exploración de la Antártica en condiciones extraordinariamente duras”.

EO// con información de: NTN24