“No necesitas fuerza para soltar algo, lo que realmente necesitas es comprensión”. De eso se trata el dejar ir, aceptar que nada es eterno

Dejar ir, aceptando que no todo es eterno

Dejar ir, aceptando que no todo es eterno. — Todo y todos somos perecederos, pasajeros, efímeros en esta vida, tenemos fechas de caducidad. Los objetos se desgastan, las arrugas aparecen, en general el tiempo avanza sin dar vuelta atrás, ni tregua para quienes no saben aprovecharlo y a veces sencillamente debemos darnos cuenta de la necesidad de soltar.

Aquello que nos frena de convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, es a lo que le damos el poder sobre nuestra vida, solo nosotros podemos decidir que es lo que verdaderamente importa.

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Esas relaciones, amistades, rencores, o personas a las que nos aferramos; padres se aferran a sus hijos, o algunos a esas personas que no van a regresar. Atesorar es importante, pero saber cuando soltar aquello que nos está obstaculizando o suponiendo un freno también lo es.

Quitar lo que imposibilita el avance es parte de crecer, hay momentos en los que aferrarse a lo imposible, parece como abrazar un cactus, nos supone dolor, nos incomoda, solo nos hace daño, Guy Finley expresó que “No necesitas fuerza para soltar algo, lo que realmente necesitas es comprensión”.

Y es precisamente cuando comprendemos aquello que nos está haciendo daño, y tomamos cartas en el asunto, le hacemos frente y visualizamos lo que es mejor para nosotros mismos, dejamos ir, crecemos no solo como buenos ciudadanos sino como seres con madures emocional, que entienden que al dejar ir lo que eres te conviertes en aquello mejor que podrías ser.

EO // Redacción Bárbara León.