El SMART-Lab diseña desde cero piezas que se usan en terapias que ‘bombardean’ tumores resistentes; o que serán claves en los futuros reactores de fusión
Crean imanes para la lucha contra el cáncer

Crean imanes para la lucha contra el cáncer-. Se están construyendo imanes tan grandes y potentes que son capaces de contener todo el poder del plasma, un estado de la materia entre líquido y gas del que están hechas las estrellas, y del que en el futuro sacaremos energía limpia y casi ilimitada gracias a los reactores de fusión.

Son los responsables, además, de acelerar las partículas de tal forma que los científicos pueden mirar dentro del exótico, minúsculo y efímero mundo atómico, ese en el que el gato de Schrödinger está vivo y muerto a la vez, y que puede ser la puerta no solo a una era cuántica, sino a descubrir todos los misterios de la materia misma (y de la ausencia de ella).

Para explorar las posibilidades de la física detrás de los imanes, a finales de los 90 se creó un grupo de menos de una decena de personas en un convenio de colaboración entre el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), adscrito al Ministerio de Fomento, y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).

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Su misión era crear un imán de 4 Tesla, la unidad de medida del magnetismo, o 100.000 veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra. Así nació el imán cuadrupolar MQTL, que se implementó en el túnel del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés, famoso por ser la instalación en la que se descubrió el bosón de Higgs, apodada ‘la partícula de dios’), del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN).

«Aquel grupo hizo un extraordinario trabajo», recuerda Carla Martins, quien ahora es responsable de la producción de imanes superconductores en la Unidad de Tecnología de Imanes del Departamento de Tecnología del CIEMAT (porque desde 2008 el grupo pasó a depender únicamente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades).

Aquel hito no fue su techo: lo siguiente fue desarrollar a finales de la pasada década el primer prototipo de imán dipolar superconductor combinado para el CERN.

El grupo trabajó intensamente en un imán superconductor de 4 Tesla para el proyecto AMIT, con el objetivo de impulsar nuevas formas de conseguir tomografías, muy utilizadas en el diagnóstico de cáncer o alzhéimer. También en imanes que hacen posible tratamiento contra el cáncer como la hadronterapia y en los proyectos de los futuros reactores de fusión en los que el electromagnetismo es clave.

EO/// Con información recopilada de: ABC Premium