Uno de los beneficios más destacados concierne a la salud respiratoria

Conoce los beneficios para la salud física y emocional de vivir cerca del mar-. Para muchos, residir cerca de la costa es más que un simple deleite visual; es un estilo de vida que ofrece profundos beneficios para la salud física y mental, pues la brisa salina, el constante sonido de las olas y la vasta inmensidad del océano actúan como un potente agente terapéutico, cuyos efectos positivos han sido corroborados tanto por la ciencia como por los testimonios de sus habitantes.
Uno de los beneficios más destacados concierne a la salud respiratoria. El neumonólogo Luis Rivas señala que la salinidad y humedad propias del aire costero funcionan como un nebulizador natural, lo que favorece la fluidificación de las secreciones bronquiales y optimiza la función pulmonar.
«Hay casos de pacientes con rinitis alérgica o asma que se trasladan a zonas de playa y mejoran. El ambiente marino podría tener un efecto beneficioso también para quienes padecen afecciones crónicas, siempre que se acompañe de un monitoreo médico», explicó el doctor Rivas.
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Además de los efectos terapéuticos del aire, el entorno playero promueve activamente un estilo de vida más saludable. Residentes de estas zonas a menudo reportan que el fácil acceso a la costa fomenta la actividad física: caminar por la arena, por ejemplo, es un ejercicio de bajo impacto que quema calorías, fortalece los músculos y combate eficazmente el sedentarismo.
Otro beneficio fundamental está relacionado con la exposición controlada y moderada a la luz solar. De acuerdo con la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos, vivir en un ambiente de playa facilita la producción de vitamina D, que es esencial para la absorción de calcio, lo que se traduce en una mejor salud ósea y un fortalecimiento significativo del sistema inmunológico.
En resumen, la vida costera ofrece un paquete integral de bienestar. La combinación de un ambiente natural que actúa como medicina respiratoria, la promoción de la actividad física diaria y el impulso a la producción de vitamina D refuerza la visión de quienes lo viven: la playa no es solo un destino vacacional, sino un hogar que nutre la salud y prolonga la sensación de vitalidad y bienestar emocional.
EO//Con información de: EL NACIONAL
