Los líderes, los gerentes y los jefes deben entender de una vez por todas que sus empleados, sus seguidores y sus trabajadores son seres humanos

¿Cómo me habla mi jefe y como quiero que me hable?. En la mayoría de las intervenciones de coaching organizacional que he hecho, los clientes solicitan mejorar los procesos comunicacionales de la empresa u organización. A veces los dueños quieren ser mejores líderes, que se les entiendan sus mensajes o a veces quieren que sus empleados y supervisores se comuniquen mejor. En la red abundan muchas reseñas bibliográficas y material sobre los diversos aspectos de la comunicación que deben tener los líderes. De igual manera, también se ha escrito sobre la comunicación organizacional, cómo deben ser los procesos dentro de la empresa, pero casi todos son escritos desde la visión del líder y pocos tienen el enfoque de abajo hacia arriba. Ahora bien, que se sucede cuando el problema no es aguas abajo, sino aguas arriba, y como consultores nos encontramos con el siguiente planteamiento: “Es que a mí nadie me pregunta cómo me habla mi jefe y como quiero que me hable”

Esta interesante interrogante me fue nuevamente sugerida a través del feed back que obtengo de mis asiduos lectores, en este caso se me formulo sobre una situación en la empresa internacional donde él labora, lo cual me llevó a revisar mis anotaciones de las sesiones de coaching organizacional que he efectuado en distintas empresas de la región.

Recuerdo una anécdota de un empresario que pedía que sus empleados le dieran ideas para mejorar a su empresa, él vociferaba con un tono de voz elevado: ¡Somos puro fuego mamá, dame luces, dime algo, no te quedes callaoo.!!! Luego, cuando algún empleado, después de entender que sus gritos eran amables y se atrevían a hacerle un planteamiento, les respondía, clarooo eso ya lo estamos haciendo, Ya YO PENSÉ EN ESO, También recuerdo el caso donde los dueños, como en una época hace diez años o más ellos realizaban el proceso creativo de su empresa, se la pasaban todo el día corrigiendo las actividades para luego decir “tuve yo que ponerme hacerlo para que salga bien”.

Estos son dos de los casos, en los cuales los procesos productivos de la empresa se ven entorpecidos por la mala gestión emocional y comunicacional de los propios dueños y ellos demandaban que sus líderes tuvieran mejor comunicación.

En el ámbito político la situación es peor, y aun cuando estamos en una sociedad post pandémica y del siglo XXI muchos “jefes” sufren de discursitis y de manía sobre el control de sus militantes, llegando al punto que la interacción entre líder y seguidor es casi nula.

Los líderes, los gerentes y los jefes deben entender de una vez por todas que sus empleados, sus seguidores y sus trabajadores son seres humanos. Que tienen sus propios estados emocionales y sus marcos de valores que rigen su vida. El hecho de que alguien vaya todos los días a trabajar no significa que lo haga contento, o que se sienta a gusto con las condiciones laborales y mucho menos que sienta que esa empresa está en su corazón.

El desarrollar el sentido de la escucha activa es una de las habilidades blandas que estableció el foro económico de Davos en el año 2021. Esta es una habilidad muy importante que deberán tener los futuros gerentes. Aprender a callar y aguantase la lengua por unos pocos minutos y aceptar cualquier idea o sugerencia de sus empleados puede constituirse en una valiosa practica gerencial. Dedique un tiempo también a preguntarles a sus subordinados como quieren que les hablen en la empresa y estoy seguro de que se llevara una sorpresa.

Lo que es cierto en cualquier lugar del mundo es que todo trabajador desea ser tratado con dignidad, con respeto y con las consideraciones que implica ser un ciudadano.

Por: Coach  Norberto Peña

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