La pasta seca o pasta de té, como también se le conoce, es una preparación que se remonta a Gran Bretaña y data del siglo XII
Cómo hacer galletas de pasta seca. La pasta seca o pasta de té, como también se le conoce, es una preparación que se remonta a Gran Bretaña y data del siglo XII. Según registros históricos, allí se escribió su primera receta. Sin embargo, no fue sino hasta cinco siglos después (XVII), que se convirtió en una crujiente delicia tradicional.
Estas pequeñas galletitas de mantequilla se servían en lujosos salones, donde se reunía la nobleza y la realeza. Y si bien es cierto que al comienzo eran el acompañante del té, a las 5:00 pm, con el pasar del tiempo dejó se ser algo de las clases sociales privilegiadas y se masificó su consumo en todo el mundo.
De la pasta seca hay distintos tipos y variantes. Desde solas, hasta con chispas de chocolate, mermelada, frutas o frutos secos (maní, almendras, avellanas, nueces) y hasta con chocolate fundido.
Cómo hacer pasta seca
Y aunque existen distintas recetas, en las que varían algunos ingredientes, les compartimos esta. Es bastante sencilla y rápida de preparar.
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Ingredientes
- 200 g de mantequilla
- 125 ml de leche
- 250 g de harina
- 100 g de azúcar glass
- Sal
Preparación
- Para la masa de galletas. Añadir en un bol grande la mantequilla y remover con la batidora de varillas. Tamizar el azúcar glass sobre el bol y mezclar. Agregar la leche y remover. Tamizar la mitad de la harina y batir. Luego, tamizar el resto de harina, agregar la sal y volver a batir. Por último, remover con una paleta.
- Rellenar una manga pastelera con la mezcla.
- En una bandeja con papel de horno, echar pequeñas porciones de masa con la manga, haciendo diferentes formas. Eso sí, deje espacio suficiente para que luego no se vayan a pegar entre ellas en el horneado.
- Decorar cada una según su gusto.
- Introducir la bandeja con las pasticas en el horno, previamente precalentado a 175ºC, de 10 a 15 minutos, hasta que se doren.
- Sacar la bandeja del horno y deja templar.
- Servir y acompañarlas con la bebida que más le guste: café, té, jugo, leche o gaseosa, por nombrar algunas.
EO// Con información de: Cocina y Vino