Estas recetas se hacen con métodos e ingredientes sencillos: de los andrajos tradicionales a ñoquis de calabaza que van bien con cualquier salsa, pasando por pasta al huevo cortada con tijera o los fideos de patata
Cinco pastas caseras muy fáciles de hacer sin máquina

Cinco pastas caseras muy fáciles de hacer sin máquina -. La pasta en sus múltiples formas es uno de los alimentos más universales: aunque solemos asociarla con Italia, casi todas las culturas tienen su propia versión.

Elaborada a base de harina o sémola y algún líquido —habitualmente, agua o huevo—, es un alimento versátil, económico y adaptable a infinitas combinaciones de ingredientes. Prepararla en casa es uno de esos gestos culinarios que tienen algo de manualidad terapéutica.

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Para las pastas que proponemos no hace falta ni una máquina ni un máster en técnicas de laminado. Algunas no necesitan ni rodillo: un bol, una encimera, unas manos dispuestas y unas tijeras bastan para elaborar una comida o cena desde cero sin morir en el intento y reconectar con una tradición compartida en medio planeta.

En palabras de Carme Ruscalleda, “si tiras del hilo de la cocina de un país, estás contando su historia”. Y este alimento es una forma de identidad cultural, un lienzo en blanco que cada tierra ha reinterpretado a su manera.

Desde los andrajos con pollo, receta de subsistencia del sur español —que se guisa habitualmente con verduras y bacalao desalado o carne de conejo—, hasta unos dumplings del chef y divulgador Yotam Ottolenghi, a los que añadimos espinacas para darles aire de malfatti, pasando por una pasta al huevo cortada con tijeras.

Los ñoquis de calabaza son perfectos para congelar y le dan mil vueltas a la versión industrial, mientras los fideos de patata gigantes se acompañan con una salsa en la que puedes adaptar el punto de picante y acidez al gusto. Todas estas preparaciones tienen algo en común: son accesibles, reconfortantes y perfectas para cocinarlas en equipo, compartiendo mesa después.

Además, pueden adaptarse a lo que tengamos en la nevera, intercambiar aderezos, ponerles más verdura (berenjenas, calabacín, pimiento o espinacas: hay vida más allá del tomate), añadirles anchoas u otras conservas de pescado o jugar con diferentes tipos de queso.

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Si alguna vez pensaste que hacer pasta no era para ti, es un buen momento para cambiar de opinión y empezar: aquí van cinco recetas sin complicación para disfrutar del proceso.

EO// Información de: ElPaís