Reconocer nuestras cualidades emotivas sin vergüenza debería ser premura, ser sensible, no está mal, es un don

Bolívar: Lo que siento es importante – Lo que sentimos habla de nosotros, todo comunica. La mirada habla mientras observas, la risa dice mucho cuando estruendo, el color de las mejillas cuando te emocionas; las manos sudorosas antes de juntarse con el amor y el apuro de llegar antes de lo esperado. Lo que sentimos quiere decir algo, así a veces no podamos entenderlo, sea cuando lo vemos en otras personas o incluso en nosotros mismos.
A diferencia de lo que muchos afirman, los sentimientos, si se ven, yo he visto cuando alguien se enoja; a veces intentan ocultarlo con una sonrisa. ¡La molestia! Pero se nota la risa quebrada, fingida, extraña, ¿Cómo no vas a ver eso?, ¿Cómo vamos viviendo mientras nos hacemos los ciegos? Si el creador ojos nos dio, ¿cómo vamos viviendo mientras dejamos a otros morir? Y no es cargar con los demás, es entender que otro, al igual que yo siente, también le duele algo, tanto o más que a mí.
De los ciegos también puedo contar historias, han pasado un tiempo de su vida perdiéndose la gran parte, desconectados de la tierra con zapatos en los pies y las ínfulas de interruptor de alegrías, muchos lo justifican ¡lo de ser ciegos!, se dan ánimo, se felicitan por no haberse detenido a preguntar ¿por qué vuelan las mariposas? Si deberían estar posadas en las flores amarillas que ya abrieron en la cuadra de los jardines.
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Reconocer nuestras cualidades emotivas sin vergüenza debería ser premura, ser sensible no está mal, es un don, !El don de ver más allá!, ser fuerte es otro don, pero cuando intentas hacerte el fuerte, permitiendo cosas que te lastiman y llevas todo al interior de tu ser, vas quebrando poco a poco todo adentro, hasta que te rompes. La mayor fortaleza de un ser está en mostrarse tal cual como es, pese a los señalamientos que eso pueda generar. Ser uno mismo es el mayor reto que tenemos cada día, ya que la sociedad hace que tengamos la reacción antinatural de alejarnos de nosotros mismos, y cada vez se vuelve más normal. No se trata de una competencia en la que intentamos descifrar quién es mejor. La idea está en entender que todo lo que sentimos está bien, es parte de lo que vinimos a experimentar para evolucionar.
Para que alguien desgaste la luz que te fue otorgada debes darle el permiso, el ataque en ocasiones puede parecer amistad, compañerismo, amor y hasta guía, y te duele, pero te acompaña, y te duele, pero te abraza y te duele, pero te besa y te burla, pero te enseña, y te golpea, pero te dice que te quiere y te mata, lento, en silencio, porque nunca dijiste ¡Basta!, lo que siento importa
EO// Relación de: Blaximar Bolívar