Las cecilias son un grupo de anfibios, grandes, sin patas, con forma de lombriz, que destacan por su singular anatomía en el reino animal. Un hallazgo reciente, ha revelado un comportamiento único en las cecilias, similar a la lactancia en mamíferos pero biológicamente distinto.
¡Asombroso! descubren anfibio que “amamanta” a sus crías

¡Asombroso! descubren anfibio que “amamanta” a sus crías – El principal atributo distintivo de los mamíferos radica en su capacidad de amamantar a sus crías, lo cual está reflejado en su denominación etimológica derivada del latín «mamma» y «ferre», que significa «mama» y «llevar», respectivamente, con el significado literal de «el que lleva mamas». A pesar de la concepción común, no son los únicos seres vivos que nutren a sus crías con secreciones corporales; este comportamiento también está presente en ciertos insectos como las abejas con la jalea real, las hormigas con su ‘leche pupal’, y más recientemente, según un estudio publicado en la revista Science, en un grupo singular de anfibios conocidos como cecilias.

Las cecilias, pertenecientes al grupo Gymnophiona, destacan por su singular anatomía en el reino animal, caracterizada por cuerpos alargados, cilíndricos y sin extremidades, que se asemejan más a serpientes o gusanos que a otros anfibios como las ranas o las salamandras. Su piel lisa y segmentada les confiere un aspecto anillado, y habitan principalmente en regiones tropicales de África, Asia y Sudamérica, con una amplia gama de tamaños, desde unos pocos centímetros hasta cerca de un metro y medio, dependiendo de la especie.

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Estos animales carnívoros se alimentan de pequeños invertebrados del suelo, poseyendo mandíbulas fuertes y en algunas especies, dientes especializados para cavar y atrapar presas. Adaptadas a la vida subterránea, muchas cecilias presentan ojos diminutos, protegidos bajo la piel o incluso ausentes, lo que sugiere una dependencia menor de la visión y una mayor orientación táctil y sensorial para ubicarse y localizar a sus presas. Otras adaptaciones incluyen cuerpos musculosos para moverse bajo tierra y una piel especializada que facilita la respiración.

A diferencia de la mayoría de los anfibios, las cecilias muestran un comportamiento de cuidado parental notablemente desarrollado. Durante la reproducción, la fecundación tiene lugar dentro del cuerpo de la hembra, y muchas especies son ovovivíparas, con los huevos desarrollándose en el útero hasta que los renacuajos emergen internamente. Además, presentan una marcada atención materna, con la hembra rodeando la puesta para mantenerla hidratada y protegida, y continuando con el cuidado de los renacuajos después de la eclosión.

Un hallazgo reciente ha revelado un comportamiento único en las cecilias, similar a la lactancia en mamíferos pero biológicamente distinto. En una especie llamada Siphonops annulatus, las hembras producen una secreción rica en nutrientes a través de un conducto materno, que las crías ingieren activamente, promoviendo su crecimiento y desarrollo. Aunque parecido a la lactancia mamífera, esta sustancia proviene de glándulas hipertrofiadas en el epitelio del oviducto materno, y se compone principalmente de carbohidratos y lípidos. Este fenómeno, un ejemplo de convergencia evolutiva, resalta la diversidad de estrategias de cuidado parental en el reino animal y la capacidad de la evolución para innovar frente a desafíos ecológicos similares.

EO/// Redactado por: Yolmary Romero// Información tomada de: 0800noticias