Un nuevo estudio genético de la momia hallada en los Alpes italianos en 1991 ha desvelado algunas sorpresas y contrasta con las construcciones anteriores. Lo habían descrito como «varón de piel clara, ojos claros y bastante velludo»

Ötzi, el ‘hombre de los hielos’ de más de 5.300 años de antigüedad, era posiblemente calvo, con la piel y los ojos oscuros. Una imagen diferente de la que se creía y que ha trazado un nuevo estudio genético, el cual destaca además una ascendencia inusualmente alta de agricultores de la Anatolia. Descubierto en los Alpes italianos en 1991 por unos turistas, el hombre de hielo del neolítico tirolés es la momia más antigua preservada en hielo que se conoce y de ella se han hecho todo tipo de análisis, que avanzan a la par de las tecnologías.
Un equipo de expertos italianos y alemanes realizó un análisis genómico más completo y de mayor calidad que los logrados hasta ahora para conocer mejor la historia genética de Ötzi, el cual ha desvelado algunas sorpresas que publica este miércoles Cell Genomics. El análisis reveló rasgos fenotípicos como «una elevada pigmentación de la piel, un color de ojos oscuro y una calvicie de patrón masculino que contrastan fuertemente con las reconstrucciones anteriores, que muestran a un varón de piel clara, ojos claros y bastante velludo», ha señalado uno de los autores, Johannes Krause.
«Una reconstrucción Sesgada»
Antes se pensaba que la piel de la momia se había oscurecido durante su conservación en el hielo, pero es de suponer que lo que vemos ahora es en realidad, en gran medida, el color original de la piel de Ötzi», lo que es también importante para su correcta conservación. El estudio también señala que la imagen anterior de Ötzi es incorrecta en otros aspectos. Al ser un hombre maduro, lo más probable es que ya no tuviera una larga y espesa cabellera, sino como mucho una escasa coronilla. De hecho, sus genes muestran una predisposición a la calvicie.
El primer estudio genético reveló rastros genéticos de pastores esteparios, sin embargo, los nuevos resultados refinados ya no apoyan este hallazgo y los autores indican que el motivo es que la muestra original se había contaminado con ADN moderno. Otros trabajos previos sugerían además una estrecha afinidad genética con los sardos actuales, pero los investigadores afirman ahora que llegaron a esas conclusiones antes de disponer de más genomas humanos. Desde aquel estudio han avanzado enormemente las tecnologías de secuenciación y se han descifrado completamente muchos más genomas de otros europeos prehistóricos, a menudo a partir de hallazgos óseos.
EO// Redaccion: Durfelix Rivas