Carmen Rivera se considera un espíritu en resiliencia. Pues considera que, aunque el panorama económico presenta desafíos, se buscan alternativas
Adaptándonos al presente-. Carmen Rivera, quien vive de cerca los cambios económicos, mantiene una visión que, si bien reconoce las dificultades, también destaca la capacidad de adaptación y la persistencia en la vida cotidiana. Sus palabras nos invitan a observar cómo, a pesar de las dificultades, la vida nos impulsa a seguir adelante.
Ella indica que, aun cuando el aumento de los precios complica la adquisición de alimentos de primera necesidad, la búsqueda de alternativas se vuelve una práctica común, y aunque la comparación con opciones más económicas pueda parecer una medida extrema, refleja el ingenio de la población venezolana para sostener la alimentación familiar. Si bien la compra de carne puede verse reducida, esto no significa el fin del mundo, sino una reevaluación de las prioridades de cada hogar.
Desde su perspectiva, la constante fluctuación económica presenta retos para adquirir los productos básicos. No obstante, su visión también resalta la continuidad en el acto de comprar, aunque en cantidades ajustadas. La estrategia de adquirir menos cantidad se interpreta como una mejor administración de los recursos que dispone.
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“El salario se estira para cubrir las necesidades esenciales, sin faltar un pequeño resguardo, que nunca hace mal”, mencionaba.
Carmen recuerda la época del 2017, contrastándola con la actual disponibilidad de productos. Si bien el poder adquisitivo ha disminuido, la presencia de mercancía ofrece un punto de partida.
La reducción en la variedad es un hecho, pero la gente sigue acudiendo a los mercados, adaptando sus hábitos de compra. La “compra nerviosa” compartida por sus amistades no se interpreta como desesperación, sino como una forma ágil y flexible de adquirir lo necesario.
Carmen Rivera se considera un espíritu en resiliencia. Pues considera que, aunque el panorama económico presenta desafíos, se buscan alternativas. Ella nos recuerda que, incluso en tiempos difíciles, la capacidad de adaptación permite a las familias venezolanas navegar las dificultades del presente.
EO// Redacción: Adriana Semprún