En campos como el académico, empresarial, y de la salud, profesionales exitosos a menudo luchan con sentimientos de inadecuación o falta de preparación para sus roles
¿Qué es el síndrome del impostor? – En un mundo saturado de información y exposición constante a imágenes de éxito en redes sociales, obtener reconocimiento y admiración se ha vuelto más accesible que nunca. ¿Quién no desearía una vida llena de likes, filtros perfectos y logros aparentemente impecables?
A pesar de esta fachada de perfección, se esconde una realidad más compleja y común de lo que podríamos imaginar: el síndrome del impostor.
Este síndrome actúa como una sombra oscura que acecha a aquellos que han logrado destacar. Aunque obtienen resultados y elogios, las personas que experimentan este fenómeno psicológico se encuentran atrapadas en un ciclo de duda y temor constante a ser descubiertas como impostoras. Suelen atribuir su éxito a la suerte o factores externos en lugar de reconocer sus propias habilidades y esfuerzos.
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Si bien los primeros estudios sobre el síndrome del impostor se centraban en mujeres con un alto perfil profesional en la década de 1970, hoy en día, este fenómeno se manifiesta en una variedad de sectores donde el éxito y el reconocimiento son comunes.
En campos como el académico, empresarial, y de la salud, profesionales exitosos a menudo luchan con sentimientos de inadecuación o falta de preparación para sus roles. Incluso en el ámbito creativo, artistas como Cary Grant y Sofia Coppola han admitido enfrentar este tipo de autocuestionamiento.
El síndrome del impostor no discrimina y puede afectar a personas destacadas en cualquier ámbito. Esta prevalencia podría vincularse con el sesgo cognitivo conocido como el efecto Dunning-Kruger, que refleja una discrepancia entre la percepción interna de uno mismo y la realidad objetiva.
Afrontar este síndrome puede ser un desafío, pero estrategias como la autoafirmación positiva, el apoyo social y la reevaluación de logros personales han demostrado ser efectivas. La terapia cognitivo-conductual también podría ser útil al ayudar a identificar y gestionar pensamientos distorsionados que alimentan el sentimiento de ser un impostor.
Es crucial normalizar la experiencia del síndrome del impostor en lugar de estigmatizarla. Las personas afectadas pueden trabajar en su autoestima y autoconfianza, desarrollando habilidades de autorreflexión y autocuidado. Los mentores, especialmente mujeres o personas de grupos minoritarios, desempeñan un papel vital al compartir abiertamente sus experiencias y desafíos, contribuyendo a normalizar las dificultades y fomentar una cultura de apoyo y comprensión mutua.
En última instancia, es importante recordar que incluso las personas más destacadas han enfrentado este síndrome. Si no lo has sentido, podría indicar que no te estás esforzando lo suficiente. En cambio, si ya lo has experimentado, es probable que estés avanzando por el camino correcto.
EO//Nangelys Gamboa /// con información de: 800 Noticias