Los puntos negros son poros abiertos obstruidos por un exceso de grasa, por células muertas y por los agentes externos que vamos acumulando durante todo el día
¿Cómo quitar los puntos negros sin dañar la piel?. Los puntos negros son comedones abiertos, es decir, poros abiertos obstruidos por un exceso de grasa, por células muertas y por los agentes externos que vamos acumulando durante todo el día. Por eso, es necesario incluir en tu rutina diaria una exhaustiva limpieza facial y cuidados específicos con los que poder eliminarlos.
Pasos para limpiarlos sin dañar la piel
1. Exfolia tu piel una vez a la semana
La exfoliación de la piel es necesaria para eliminar las células muertas y hacer que tu piel esté mucho más limpia y receptiva. Busca exfoliantes que contengan ácido glicólico, láctico o málico.
2. Aplica diariamente leche limpiadora o gel
Tanto por la mañana como por la noche, aunque no nos hayamos maquillado, es importante limpiar el rostro. Luego es importante usar el tónico adecuado a tu piel. Asegúrate de haber realizado una limpieza en profundidad.
3. Para quitarlos y que lo hagas con el máximo cuidado
Coge un bol con bicarbonato y añade unas gotas de agua. Cuando empiece a hacer efervescencia, aplícalo por toda la cara con ayuda de un algodón, siempre con movimientos circulares desde dentro hacia afuera y de abajo hacia arriba, que facilitará la extracción de los puntos negros.
Leer también: Los 10 alimentos que hacen envejecer más rápido
4. Aplícate unas bandas o tiras especiales para poros
Con la piel ya seca, aplícate unas bandas o tiras especiales para poros. Son muy fáciles de usar, se humedecen con agua y se dejan secar. A la hora de retirarlas, hazlo lentamente y de forma perpendicular para no dañar la piel.
5. Para eliminar los puntos negros que te queden
Coge un pañuelo de papel, rodea los dedos índices y corazón y aprieta el punto negro con la yema de los dedos. No utilices las uñas porque puedes provocarte una herida.
6. Por último, aplica en el rostro una mascarilla astringente
Que lleve caolín, arcilla o algas y tu crema hidratante habitual.