El autocuidado de la salud es uno de los ámbitos en los que la inteligencia artificial aplicada al ámbito sanitario ha demostrado un mayor potencial gracias a su capacidad de mejorar la calidad y el bienestar de las personas a través de dispositivos, teleasistentes o sistemas de monitoreo con IA

Autocuidado, salud y bienestar. Lola es una cuidadora virtual basada en inteligencia artificial (IA) y tecnología de voz que hace llamadas telefónicas a los pacientes de forma automática y mediante estrategias PLN (procesamiento de lenguaje natural). Los protocolos de monitorización están establecidos por el equipo clínico Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital Universitario del Vinalopó (UHD), impulsora de la iniciativa en colaboración con la start-up Tucuvi. La “cuidadora virtual” permite a los profesionales de la UHD obtener datos del estado de salud de los pacientes; registrar alertas para detectar posibles problemas e intervenir de forma precoz.

Desde la perspectiva de los pacientes y sus familiares, les permite sentirse más acompañados y tranquilos, evitando consultas innecesarias y teniendo un seguimiento más efectivo y continuo por parte del equipo médico.

Dejar el tabaco y los cigarrillos electrónicos, liberarse del estrés, mantenerse físicamente activo, comer bien o informarse sobre las vacunas contra la covid-19. Estas son las principales funcionalidades de Florence (Florencia en español), la asistente digital de salud impulsada por la Organización Mundial de la Salud que ofrece consejos para que seguir una vida saludable. A través de la inteligencia artificial (en este caso en formato chatbot), Florence, la primera trabajadora de salud digital del mundo, informa al usuario, a través de una serie de preguntas interactivas sobre los riesgos asociados al tabaquismo, los hábitos de alimentación saludables y la actividad física o la gestión del estrés y otros temas de salud mental.

Florence cuenta también con una compañera, Pahola, centrada en abordar temas relacionados con el alcohol.

La aplicación de la tecnología y la inteligencia artificial en el control de la diabetes ha dado lugar al desarrollo de los conocidos como sistemas de asa cerrada, sistemas de páncreas artificial o sistemas de infusión automatizada de insulina. Tal y como aclara la Federación Española de Diabetes (FEDE), estos sistemas están compuestos por una bomba de insulina, un monitor continuo de glucosa y un algoritmo de control que determina la cantidad de insulina que necesita el paciente en cada momento”.

Gracias a esta automatización, que se consigue a través de un algoritmo de inteligencia artificial, se logra no solo una mejora de la eficacia del tratamiento de la diabetes, sino también un aumento de la autonomía del paciente, que queda liberado de prestar atención constante al control de la patología.

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