La duda es el camino hacia las verdaderas certezas

Debemos salir de aquella idea errónea que habla de la duda como algo negativo
La duda es el camino hacia las verdaderas certezas

La duda es el camino hacia las verdaderas certezas-. Nuestra postura suele rozar los límites más contraproducentes de la subjetividad. Muchas veces, valoramos nuestra opinión o nuestros principios, como suficientemente sólidos y reales, asumiendo así, que no hay espacio para duda alguna, pero ¿Es esto realmente así?

La verdad es que, durante mucho tiempo, la sociedad ha creado grandes prejuicios hacia la duda, casi como si de un fenómeno psicótico se tratara. En respuesta a esto, la gente suele tratar de convencerse a sí misma y también a otros, de que ellos portan una certeza absoluta.

Y es correcto afirmar que en todas las dimensiones de nuestras vidas, debemos superar la duda, pero es justo allí donde se desenvuelve la problemática, ya que solemos ver la duda o el acto de dudar, como algo indebido, pero no es así en lo absoluto.

Muchos se niegan a dudar y a cuestionarse a sí mismos, pero es a través de dichos procesos de duda y cuestionamiento, que podemos lograr un acercamiento a la verdad. Ninguna conclusión puede valorarse como certera si no se ha dudado de ella previamente.

Con esta idea en mente, es fácil entender por qué en los ámbitos científicos y en cualquier tipo de proceso investigativo, las interrogantes cumplen un papel tan fundamental. Y es que sin dudas ni interrogantes, es imposible encontrar una verdad.

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Asumir que no necesitamos dudar, y por consiguiente nunca hacerlo, es condenarnos a portar un conocimiento permanentemente incompleto, porque pese a ser imposible la posesión del conocimiento absoluto, sí que es posible mejorar los conocimientos que ya tenemos.

Siempre existirá algún tipo de incertidumbre, podemos ignorar su existencia, pero esto no reducirá su impacto, por consiguiente, la única forma de lidiar con la incertidumbre, es reconocerla. Es cierto que debemos ser firmes en nuestras creencias, pero no tiene nada de malo reconocer que podríamos estar equivocados.

Por otro lado, tras un arduo proceso de dudas, nuestras opiniones, argumentos o principios, podrían, en lugar de ser refutados, verse considerablemente fortalecidos, en tal caso, gracias a cuestionarnos nosotros mismos, seremos más capaces de defender nuestra postura en la confrontación con cualquier otra.

Dudar es un proceso crítico que no solo nos permite fortalecer nuestras ideas, sino que también nos brinda un gran aporte en la búsqueda de conocimiento. Pero para darle espacio a una herramienta tan útil como la duda, debemos deshacernos, en cierta medida, de aquella falsa idea de que estamos siempre en lo correcto.

EO// Redacción: Roynel Rojas