La fe se manifiesta como un fenómeno que va mucho más allá de las fronteras de una religión

La Fe en el Siglo XXI-. En la actualidad, un porcentaje creciente de la población se identifica como «espiritual, pero no religiosa», esto apunta a una búsqueda de sentido y trascendencia que ya no se siente obligada a seguir estructuras jerárquicas o doctrinas estrictas.
La fe se convierte en una elección individual que a menudo combina elementos de filosofías y una ética personal forjada fuera de un templo. Asimismo, desde una perspectiva sociológica y psicológica, la fe emerge como un mecanismo crucial para la resiliencia humana, como la creencia de un futuro mejor, en la bondad de los demás o en el propio potencial, son formas de fe que actúan como un escudo frente a la incertidumbre y el sufrimiento.
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No solo se trata de la esperanza en el paraíso, sino de la capacidad de mantener la confianza en que hay un sentido, una lección o una salida, lo cual es vital para la salud mental.
Por lo tanto, en el ámbito político, la fe en una ideología, en un líder carismático o en la promesa de un sistema moviliza a millones de personas, a veces con un fervor casi religioso.
La fe no solo ofrece consuelo, sino que impulsa la acción ética y la construcción de puentes en una sociedad cada vez más dividida.
EO// Redacción: Victor Rojas
