Yilda Brito nació en Caracas, pero desde muy pequeña se crio en este estado Monagas, específicamente en el sector Los Cocos del municipio Maturín, cuenta en su historia que desde los 18 años trabaja muy duro para salir adelante, que la perseverancia y constancia han sido la clave para continuar, sin desmayar
Yilda Brito es ejemplo de constancia y perseverancia-. Brito no es una más de las muchas mujeres emprendedoras de nuestro municipio Maturín, pues cada ser tiene una historia hermosa de persistencia que nos hace único e inigualable, y ella no es la excepción.
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Narró que no terminó sus estudios, decidió abandonar la escuela cuando cursaba 5to grado, las razones se las reservó, pero esto aunque no parezca, era muy común en aquellos años, normalmente cuando pasabas a ser ayuda y guía de tus hermanos, ellos son 10, siendo la única hembra de la familia Brito.
Muy tempranito traslada su mesa, paragua y silla justo a la plaza Leonardo Ruiz Pineda muy cerca del mercado de Los Bloques, en ese lugar lleva sus ricas empanadas de asadura, pescado, pollo, carne, jugos naturales de jamaica, parchita, vende agua y chucherías, sus fieles clientes: los conductores de la Ruta 62, quienes aprovechan para deleitarse con su sazón.
Esta emprendedora tiene hoy tres hijos, todos fuera del país, y en tres oportunidades le ha tocado emigrar para verlos, ahora reveló que uno de ellos se regresa con todas esas metas cumplidas, esas que se llevó en una maleta hace varios años.
«La constancia y perseverancia, la confianza en Dios, hay momentos duros, momentos en que pensamos que no lo lograremos, pero debemos continuar, aferrarse, limpiarse las lágrimas y seguir adelante, de eso se trata esta vida», argumentó Yilda Brito.
Como todo ser humano, Brito no se ha librado de los desafíos y adversidades de la vida; cuenta que su mayor dolor fue perder a su hermano hace cuatro años tras una intensa lucha contra un tumor cancerígeno, por lo que justo en este Mes Rosa, aprovechó para regalar un emotivo mensaje de motivación a todas aquellas mujeres que hoy luchan para librarse de esta enfermedad.
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«Fue muy doloroso perder a mi hermano, nadie quiere perder a un ser querido, luchó mucho, luchamos mucho junto a él, pero Dios lo necesitó allá arriba y se nos fue, es una terrible enfermedad y quiero extender un mensaje de fortaleza y fe en Dios no solo a las mujeres que atraviesan por eso también a todo aquel que lo padece», narró.
Sin duda, Yilda Brito nos alerta a reflexionar, a tomar en cuenta en nuestros días grises, que las tormentas no son duraderas, que Dios es la fuerza necesaria que necesitamos para nuestra constancia y dedicación, para no dejarnos vencer, y nos enseña que detrás de cada ser humano hay una historia no tan feliz, pero sí superable, y por esto es importante fomentar la empatía en nuestra sociedad.
EO// Redacción de: Lcda. Carlenis Avendaño