En esta ocasión vamos a hablar de la morcilla, uno de esos embutidos que no deja a nadie indiferente. O la aman o… bueno, o todavía no habrán probado la correcta

Morcilla: Una guía para prepararla evitando errores comunes-. Porque este manjar, con una historia tan rica como su sabor, es un pilar de la gastronomía española y tiene muchísimas más caras de las que se conocen.
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Desde la famosa morcilla de Burgos hasta la suave morcilla de cebolla, hay un mundo entero por descubrir. En este artículo vamos a desmitificar la morcilla. Les contaremos qué es exactamente, de qué está hecha, cuáles son los tipos más conocidos y, lo más importante, cómo cocinar morcilla para sacarle todo el partido.
Aquí no solo vamos a darles una receta, sino que les daremos la guía para que dominen la técnica. El objetivo es que entiendan sus secretos para que puedan cocinarla de mil maneras.
La receta principal que proponemos acá es la de morcilla encebollada, un clásico que nunca falla, pero también les daremos los tips para cocinarla y que no se rompa, ya sea frita, al horno o en freidora de aire.
La morcilla es un alimento increíblemente versátil. Puede ser la protagonista de una tapa, el alma de un guiso contundente, como una fabada asturiana, o el ingrediente sorpresa en un plato sofisticado. Conocer sus bases les abrirá un abanico de posibilidades en la cocina.
La morcilla es un embutido a base de sangre coagulada, generalmente de cerdo, que se mezcla con otros ingredientes para darle sabor y consistencia. Este es el punto que a veces genera dudas, pero es precisamente la sangre lo que le da ese color oscuro característico.
A esta base se le añaden distintos ingredientes que varían enormemente según la región. Los más comunes son la cebolla, el arroz, la manteca de cerdo, y una mezcla de especias como pimentón, orégano y pimienta.
Esta combinación se embute en tripa natural de cerdo y se cuece. El resultado es un producto listo para consumir, aunque su sabor se potencia increíblemente al cocinarlo.
8 Consejos para cocinar la morcilla sin fallar
- No pinchar antes de cocinar: Si la idea es que sea parte de un guiso, nunca la pinchen. Se reventaría y perdería toda su esencia.
- El truco del palillo: Si quieren asegurarse de que no se rompa en el guiso se puede atravesar de punta a punta con un palillo de madera. ¡Magia!
- Fritura perfecta: Para freírla, cortarla en rodajas de 1-2 cm. Usar poco aceite y una sartén bien caliente. Vuelta y vuelta hasta que esté dorada.
- Piel crujiente: Un truco para que la piel quede crujiente al freírla es pasar las rodajas ligeramente por harina antes de llevarlas a la sartén.
- ¿Se puede congelar?: ¡Sí! Este alimento se puede congelar. Lo ideal es hacerlo en crudo, bien envuelta en film transparente. Dura unos 3 meses sin problemas.
- El mejor acompañante: Esta combina de maravilla con sabores dulces como la manzana asada, la cebolla caramelizada o una compota de pimientos.
- Para revueltos: La mejor es la de cebolla o la de León, ya que se deshacen fácilmente y crean una base cremosa.
- En guisos: La asturiana es la reina indiscutible. Aporta un sabor ahumado y una grasa que enriquece cualquier potaje.
EO// Información de: Paulinacocina
