Cuando el autobús deja de ser un transporte y se convierte en un riesgo vial

La alta velocidad ya no parece una imprudencia, parece casi una norma a seguir por parte de los conductores, que no miden el riesgo de la vida de miles de pasajeros que llevan a bordo cuando se habla del transporte público
Cuando el autobús deja de ser un transporte y se convierte en un riesgo vial

Cuando el autobús deja de ser un transporte y se convierte en un riesgo vial-. Si nos damos una vuelta por cualquier parada o nos metemos en las redes sociales, la gente está frustrada y denunciando este caso. Los usuarios están hartos de la falta de conciencia de algunos conductores.

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¿Por qué tanta prisa? La respuesta es un enredo, según los propios conductores «la presión es brutal», con horarios ajustados y la necesidad de «hacer más viajes» para obtener un poco más de dinero, los chóferes pisan el acelerador con más fuerza.

Es un estrés que se traduce en un peligro constante para todos los pasajeros que ingresan en las unidades de transporte.

La concienciación de los conductores no es solo una obligación legal; es un tema de humanidad.

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Al final, el bus es fundamental en nuestro día a día, nos conecta con el trabajo, con la escuela, nuestra gente. Pero si la seguridad no es lo primero, todo esto pierde el sentido.

Es hora de que la velocidad deje de ser una meta y a través de la empatía podamos ofrecer confort y seguridad a quienes hacen uso de las unidades. El tiempo de una persona siempre valdrá más que la prisa de generar más «carreras» y que además este último siga sumando cifras alarmantes de accidentes viales.

EO// Redacción de: Víctor Rojas