Es un postre que activara tus sentidos, el flan de nata es una versión del tradicional con un resultado mucho más cremoso y delicioso
Deleita el paladar con este exquisito postre-. El flan de nata es un postre casero muy rico y fácil de hacer, que se prepara solo con huevos, nata y azúcar. Además, para conseguir un resultado realmente vistoso, vamos a preparar un caramelo para cubrir la base del molde, que regará el flan cuando lo volteemos.
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Al llevar el azúcar del caramelo, no vamos a necesitar utilizar mucha cantidad de azúcar en la mezcla del flan. De esta forma, si queremos, podemos aromatizar la mezcla del flan con vainilla o ralladura de limón, por ejemplo.
Este poste tiene la textura perfecta horneado al baño maría durante el tiempo necesario para que esté muy cremoso en su interior.
Según os indicamos en el paso a paso, estará listo cuando al pincharlo con un palillo este salga limpio.
Una vez horneado, el flan debe reposar una noche en la nevera para asentar todos los sabores y que la textura sea sedosa y deliciosa.
Para realiza esta receta se recitará un molde de 24 x 11 cm. Si el vuestro tiene una medida diferente, será necesario adaptar los tiempos de horneado.
Si el flan queda más alto el tiempo necesario de horneado será mayor y si queda más bajo, será menor. Comprobando si está listo con el palillo, como explicábamos antes, podréis dejarlo siempre en su punto.
Este flan resulta estupendo para servir solo o acompañado con frutas frescas o con nata montada.
Información de la receta
Tiempo de preparación: 5 minutos
Tiempo de cocinado: 1 hora y 5 minutos
Tiempo total: 1 hora y 10 minutos (más el tiempo de reposo)
Raciones: 6
Categoría: repostería
Tipo de cocina: española
Calorías por ración (kcal): 395
Ingredientes del flan de nata
Para el caramelo:
100 g de azúcar
2 cucharadas de agua
Para el flan:
4 huevos M
80 g de azúcar
400 ml de nata para montar (con un 35% de materia grasa)
Utensilios necesarios
1 molde de 24 x 11 cm
Cuando listo, retiramos el flan del horno, lo dejamos enfriar y lo reservamos una noche en la nevera. Al día siguiente, pasamos con cuidado un cuchillo por las paredes del molde, lo volteamos cuidadosamente sobre un plato y lo servimos bien fresquito.
EO// Información de: 2001