La Fiscalía del Estado implementó un operativo de búsqueda, e incluso ofreció recompensas por información que pudiera ayudar en la ubicación de los desaparecidos
México| Encuentran los cadáveres de 11 personas en una camioneta – La Fiscalía del Estado de Guerrero ha confirmado este jueves el hallazgo de 11 cadáveres, la noche del miércoles, en la batea de una camioneta en Chilpancingo, la capital. Quien fuera que manejara el vehículo, lo dejó abandonado sobre el bulevar Vicente Guerrero, nombre que toma la autopista México-Acapulco, a su paso por la ciudad. Lo hizo a la altura del Parador del Marqués, en el sur. Según medios locales, el hedor que desprendía la camioneta alertó a vecinos y viandantes. Las autoridades llegaron al lugar en la noche y se llevaron el vehículo a las instalaciones de la Fiscalía.
Este jueves, la agencia investigadora ha confirmado el hallazgo de los cuerpos en la camioneta, nueve hombres, dos menores de edad, y dos mujeres. En un comunicado publicado poco antes de las 7.00, la dependencia señala que “un equipo especializado en identificación humana de la fiscalía realiza, bajo el protocolo de perspectiva de género, los trabajos técnicos y científicos necesarios para la plena identificación de los cuerpos”. La dependencia no aclara en qué estado han encontrado los cadáveres, pero sí ha dicho que ha iniciado una investigación por homicidio.
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Además de dibujar el estado de las cosas en Guerrero, la macabra escena interpela los últimos acontecimientos del centro del Estado. Desde finales de octubre, diferentes integrantes de una familia de Chautipan, una comunidad de Chilpancingo, han desaparecido en las inmediaciones de El Epazote, en Chilapa. Los primeros, el 21 de octubre, seis en total, parece que salieron de Chautipan a vender trastes de cocina, ocupación habitual de la familia. Pero ya no volvieron. En días siguientes salieron otros dos grupos para buscar a los primeros, hasta sumar 17. Ninguno volvió.
La Fiscalía del Estado implementó un operativo de búsqueda, e incluso ofreció recompensas por información que pudiera ayudar en la ubicación de los desaparecidos. Este miércoles, el comandante de la 35ª Zona Militar, el general Jorge Pedro Nieto Sánchez, elevó el tono y señaló de la desaparición al grupo criminal Los Ardillos, que tiene su bastión en Quechultenango, entre Chilpancingo y Chilapa. El jefe militar anunció el despligue de cientos de soldados para dar con el paradero de los desaparecidos. El hallazgo del miércoles por la noche en la capital podría estar vinculado a la desaparición de los 17 y los operativos de búsqueda, instancia que deberán confirmas las autoridades.
Más allá de los detalles de la búsqueda y los señalamientos del Ejército, el caso prueba la descomposición del centro del Estado, de Guerrero en general, y de tantas otras regiones de México, sometidas a un régimen mafioso, en que grupos criminales tratan de concentrar la mayor cantidad de poder posible, mediante el control de actividades económicas, legales e ilegales. El centro de Guerrero, por ejemplo, vivió una guerra sin cuartel a principios de año, entre los mismos Ardillos y Los Tlacos, grupo criminal antaño vinculado a la producción de opio, en la sierra. Unos y otros peleaban por el control de rutas de transporte, mercados, tianguis.
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En aquella ocasión, las cosas parecían arreglarse, intervención de la iglesia mediante. Las peleas cesaron y los muertos dejaron de regar las calles. Pero el equilibrio duró apenas unos meses. En las elecciones de junio, la coalición PRI-PAN-PRD arrebató la alcaldía de Chilpancingo a Morena. El nuevo alcalde, Alejandro Arcos, asumió el cargo a principios de octubre, pero apenas unos días después apareció asesinado en la capital, su cabeza en el toldo de su camioneta. Arcos moría asesinado, igual que lo hizo, días antes, su secretario de Gobierno, número dos del ayuntamiento, y antes aún, el militar que iba a encabezar la policía municipal.
Aunque las autoridades no han señalado directamente a nadie de los atentados, el Gobierno federal apunta a Los Ardillos, grupo que comanda Celso Ortega. Según varias fuentes consultadas estos últimos dos años, Ortega es un personaje de gran importancia política en la región. El presunto líder criminal ha apoyado al PRI en el centro del Estado, en estas elecciones y en las anteriores. Su hermano, Bernardo, ha sido una de las figuras más importantes del PRD en la zona. El secretario de seguridad Federal, Omar García Harfuch, señaló que, antes de morir asesinado, Arcos había acudido a una reunión sin escoltas, en un área dominada por Los Ardillo.
EO// con información de: El París